Viaje sin retorno. Sol Torres.
Nada mejor que una crisis para que nos demos cuenta.
¡Estamos perdiendo un precioso tiempo!
Recuerdo el poema de mi libro Filosovida, titulado: «Tiempo».
El día que lo compuse, como si de una melodía de tratara, estaba reconociendo el valor de cada instante irrepetible.
Recuerdo tus ojos brillantes al vernos por primera vez. Tu boca desbordante de palabras, hoy silenciosa.
¡Qué bien sienta el silencio…! Evita cometer errores. Crea un espacio paralelo en el que la imaginación lleva las riendas.
Podría, justo ahora, escribirte un poema.. pero, aguardaré paciente para leérselo a tus ojos.
Me doy cuenta a distancia (aunque para mí no exista separación alguna) de lo esenciales que somos el uno para el otro.
Entiende de una vez por todas que reconocer la verdad no es una falta, y expresarla, mucho menos. Demostrar los sentimientos es un acto valiente de estos tiempos.
Cuando regreses, porque lo harás, estaré esperando a la persona que yo admiro. A la que soy capaz de inspirar pase lo que pase.
Volverás más consciente. Tozudo como siempre, pero libre. Habrás comprendido, al fin, que cuando la vida te hace un regalo de edición limitada, solo espera de tu parte, entusiasmo y agradecimiento.
El rechazo manifiesta un terrible miedo al abandono.
¿Cómo podría abandonarte, amor?
Si me aventuré en un viaje sin retorno con el único fin de encontrarte.
Tiempo
Nacemos con Alas pero nos dejamos llevar, abducidos por obligaciones. Entre obstinación y falsas ilusiones. En resumidas cuentas: nos perdemos lo esencial de la vida. Sentenciados a olvidar la verdadera finalidad de nuestro viaje.
Es el tiempo enemigo si lo retas de pronto,
si aprisionas segundos, si te apuras en todo.
¡Elástico prodigio! —dijo el sabio
queriendo detener las agujas…
Sin éxito lo hizo. —¡Vaya agravio!
Es el tiempo aliado cuando estás relajado.
Si requieres su ayuda, inspira, sana y cura.
Hay un tiempo curioso que te hace compasivo.
Tiempo tiene el aprendiz de la vida y el maestro decidido.
Es el tiempo un amigo capaz de comprender.
Deteniendo el instante, dejándote creer.
Sutil, perfecto, inmenso, repleto de escondites.
Perspicaz y travieso si retarlo decides.
Se escapa entre las manos, como arena muy fina,
dejando que te creas el dueño de la cima.
Es el tiempo un instante.
¡Atrévete a sentir!
Cada hora es eterna.
¡Decídete a vivir!
Lectura recomendada: «Viaje sin retorno. Filosovida». Voces Nuevas. Eirene Editorial.